miércoles, 19 de mayo de 2010

PRIMER PREMIO








Así lo llamo no porque hubiera un segundo y tercer puesto, sino por ser el primero obtenido en mi vida por mi trabajo. O, mejor dicho, por el nuestro, al compartirlo con el dibujante Alfredo Falugi.



Fue al "comic del año" por "Khrysé", publicada en D'Artagnan a lo largo de más de 60 episodios. Khrysé era el "nomme de guerre" de una belleza chipriota tipo Mariana Arias, amante y empleada de un traficante de armas apodado "El Holandés". Ustedes saben, en los bajos fondos sos más conocido por tu alias. La misión de esta chica era la de seducir a las víctimas de "El Holandés" y dejarlo sin fuerzas para cuando éste golpeara, todo tamizado por el silencioso juego de los Servicios Secretos Internacionales. Un James Bond femenino de los '80, como dijeron en Italia donde se publicó más de una vez. También tuvo su comic book editado por Columba en Colección Clásicos.
El premio nos lo entregó la Asociación Argentina de Editores de Revistas en noviembre de 1993 durante una cena de gala en el Sheraton o similar. Nos lo entregó es una manera de decir porque no fui a recibirlo.
No era que quisiera emular a Marlon Brando o Woody Allen. Simplemente sufría del "síndrome de Pynchon", o de Salinger, o de "Pasavento", o de "Walser". Notable que con tantos nombres no figure en manual médico alguno. Consiste en desaparecer detrás de la obra para dejar que ésta hable por sí misma. No está mal cuando se la tiene grande. Ocurre que la mía es algo exigua por dedicar la mitad del día a coachear guionistas.
Hace algunos años, un escritor que tiene publicadas tres novelas en la Editorial más importante de Argentina, me pidió una cita con mi primo Ricardo, publicista, para que le enseñe a vender más.
Un viejo axioma del periodismo asegura que no tenés más que decir que no vas a dar entrevistas para que todos te pidan una. Como yo intervenía en la conversación, le dije al escritor que hiciera como Pynchon o Salinger, que desapareciera de la sociedad. Mi primo respondió astutamente: pero primero tiene que aparecer. Después de primorosos troquelados rodeados de pilones de ejemplares en las vidrieras de las grandes cadenas, el escritor sigue siendo un low-seller.
En este dilema ideológico no existen dos bibliotecas, sino tres. La que dice que tenés que articular los elementos de tu narración de manera clásica y escribir claro para vender. La que asegura que eso no interesa, que debés dejar fluir tu muñeca como un Aira, aunque no vendas media batata. Y la intermedia, que es con la que me quedo.
En una charla de una librería paqueta de Palermo Soho, un editor chico aseguraba no estar interesado en vender sino en editar joyitas. Es que el tipo tiene guita, no hay otra. Y es una fortuna para todos que sienta esa generosidad.
Volviendo al síndrome, la mía se vende, a veces por aquí, a veces por allá prácticamente sin promoción, es decir, morfo. Pero todo necesita abono.
Un Vila-Matas sale a promocionar sus novedades a cuanta feria lo inviten. Son sus personajes quienes quieren desaparecer, no él.
Los autores que venden -y acá nada tiene que ver la calidad literaria- se pasan el verano de charla en charla por toda la costa para promocionarse. Tened cuidado en esto: no venden porque se promocionan, sino al revés. Es verdad que forman parte de un contrato y que están obligados. Los editores saben que no hay que dejar sola a tu obra. Esa certeza se la debo a mi analista y a Virus: "hay que salir del aujero interior".
Es así que, desde hace ya años, asisto a donde me inviten, sin exagerar, claro, ni parecer figurita repetida como Beto Gianola, aunque ahora que lo pienso, parece un poco más calmado, o será que no veo mucha TV industria nacional.

3 comentarios:

  1. Hola master, lindo el blog.Pasaré seguido.
    Nos vemos algún miercoles en el bar.
    Abrazo grande.

    ResponderEliminar
  2. Sr.Morini:
    Felicitaciones por sus trabajos, que ganas de leer "Khrysé" es impresionante lo que hacía Falugi, que técnica, que elegancia, me encantaría llegra a ese nivel de dibujo!
    Veo que esta historieta tenia mucho clima y escenas bien narradas.

    Un gran saludo y voy a seguír visitando.

    Mauro Vargas

    ResponderEliminar